Piel sin impurezas con agua y miel

Una lectora nos ofrece una nueva receta para combatir el problema del acné. Se trata de una mascarilla de miel que permite limpiar la piel en profundidad.

Nunca he tenido el problema del acné pero, como tengo la piel más bien grasa, soy bastante propensa a sufrir puntos negros e impurezas. Por esta razón, procuro mantener la piel siempre limpia, con geles y jabones adecuados. Con las limpiadoras, me queda bastante bien pero lo que yo necesitaba era un producto que, además de limpiar la piel, la dejara más bonita, con mejor color y con aspecto de sana y limpia. Esto lo he conseguido gracias a la miel. En un libro muy antiguo leí esta fórmula que yo recomiendo a todas las lectoras que se encuentren en mi misma situación. Consiste simplemente en aplicar, sobre la piel bien limpia, una cucharada de miel líquida mediante un suave masaje. Aplícala con movimientos circulares, insistiendo en las zonas más grasas como la frente, la nariz y la barbilla. Deja que actúe durante unos cinco minutos y, a continuación, moja los dedos en agua caliente y vuelve a repetir el masaje durante unos minutos. Aclara con agua tibia.


OPINIÓN DEL EXPERTO


«Esta mascarilla actúa como un peeling»

El remedio propuesto por la lectora es un remedio muy antiguo que ya utilizaban los egipcios hace muchísimos años. La miel, al mezclarse con el agua, y frotada sobre la piel, hace unas bolitas que eliminan lo que se denomina «primera capa», es decir, las células muertas. Es un tratamiento correcto pero, para acabar con el acné, sería necesario aplicar un producto que desinfectara y purificara la piel. El tomate cumple perfectamente con este contenido.
Aplica un puré de tomate sobre el rostro durante diez minutos. El tomate es un ácido que desinfecta e hidrata la piel. También recomendaría una mascarilla a base de áloe vera, extracto de encina, extracto de abedul y caolín.

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